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El Tofo: fotografías de la explotación del hierro en Chile

Solapas secundarias

Tecnología y explotación del yacimiento El Tofo

La renovación de la infraestructura se inició con el proyecto de la compañía norteamericana Bethlehem Chile Iron Mines Co.

Esta compañía fue la encargada de implementar nuevos medios para la explotación del yacimiento, los cuales, a partir de 1915 fueron introducidos lentamente en los trabajos de la mina (Millán: 1999, p. 71).

Las obras más emblemáticas del complejo son:

  • Tren eléctrico.
  • Construcción del sistema de andarivel
  • Dique artificial

Existen además otros implementos que tuvieron gran importancia en el desarrollo de El Tofo (Millán: 1999, p. 71).

Por ejemplo, a principios de los años 20 se inició la construcción de una flota de buques para transportar el mineral por el canal de Panamá.

Se implementó un sistema de palas eléctricas y de camiones tolva que llevaban el mineral con más rapidez, aunque estos últimos fueron introducidos en años posteriores (Millán: 1999, p. 72).

En definitiva, hubo una inversión significativa para mejorar la producción y la exportación del mineral, lo que era congruente con el desarrollo tecnológico norteamericano.

La construcción del tren eléctrico representó una inversión significativa para la época. Se trataba del primer ferrocarril de este tipo en Chile y en Sudamérica, lo que demuestra el nivel de importancia de El Tofo como complejo minero.

El tren transportaba el mineral que se encontraba en la altura de la mina, hasta el dique Cruz Grande.

Tenía tres locomotoras, cada una con 17 convoyes de 50 toneladas. Los trenes contaban con un moderno sistema de autogeneración de energía que permitía un ahorro significativo (Millán: 1999, p. 71).

El dique y el sistema de andarivel o funiculares fueron parte importante de las obras en el complejo. La primera de éstas se construyó excavada en roca, lo que en marea baja alcanzaba 11,25 metros de profundidad (Millán: 1999, p. 71).

En el mismo lugar se construyó una tolva de acero que permitió la carga directa desde los trenes, donde posteriormente se descargaba por conductos hasta las embarcaciones atracadas (Millán: 1999, p. 71).

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